viernes, 3 de octubre de 2008

taller "la aceituna"

El taller "la aceituna" fue una experiencia donde los chicos nos convencieron de que esta bueno ser chico.
Como un espacio protegido del tiempo donde el tiempo aún lo sigue siendo pero dentro de capas y capas de pintura sintética que lo hace mirarse en situaciones dentro de esferas sostenidas por las manos del hombre, o en una luna que chorrea gotas de agua para que beba el lobo o en todo lo que puede pasar por había una vez...

Acá va contado con las fotos que sacaron los chicos:

La luna y el lobizón





Había una vez.......



Mural con pablo


lunes, 3 de septiembre de 2007

Con manu en el borda



Sobre todo espero que mostrar estas imágenes sirva para algo. Cambiar algo. A veces desvalorizamos mucho a quienes se cruzan con nosotros y estamos desaprovechando un rico encuentro lleno de una mirada diferente, en efecto es esa variedad de miradas las que hacen a las distintas culturas. No hay que guiarnos por las distintas estructuras de validación del sujeto dentro de su sociedad. Hay que buscar los mundos, mirar y reflexionar sobre nuestros encuentros.
Cuando llegue al hospital había gente que viajaba, conocía mucho más que yo de todo, y mucho de pocho.





A continuación el relato de un telón pintado en el hospital Borda que fue presentado en un recital de Manu Chao.
Fue una agradable y condensada experiencia que cambiaría la forma de ver la realidad a quien la hiciera. Anima a no tener más prejuicios, y ayuda a ver un poco esto de la estructura de la vida de las sociedades y de que el encierro en un hospital de salud mental esta más en lo que desde afuera se piensa sobre el manicomio, en la figura del loco más que en lo que se siente allí al no poder salir. Salir tiene que ver con no encontrar un espacio afuera, con ser un símbolo mudo.
Creo que a veces lo importante de una obra no esta en ser una representación fiel a la imagen de la realidad sino en hacer presente emociones y sentimientos u otras miles de cosas. La mente como una parte más de nuestro cuerpo es susceptible a enfermarse, pero el alma aparece al tener la necesidad de salir de esos muros sociales para existir como un alma que modifica existiendo mientras quiere ser modificada.
Parece que nadie puede decirse basta y cuando sale de una panadería con un postre de 20 $ dárselo al que está revolviendo la basura buscando que comer, y tampoco... nadie podrá decirle al otro: _“ey! somos iguales” e invitarlo a compartir hasta nuestra casa.
Los locos están ahí, en el imaginario colectivo y no en el hospital, como un ejemplo para que sigamos excluyendo, desvalorizando y argumentando con "cultura", "estudio", o "genética" quienes somos.











Otro mundo: graffiti con Mario
Solo nos pusimos a dibujar con unos aerosoles, Mario una capacidad creativa inacabable.
Como que ante cada situación que se le presentaba en su mente se desplegaba una ramificación de posibilidades de las más libres. Desconocía los códigos de encasillamiento, había una impermeabilización para ellos.
De forma azarosa pero la única para ese instante, el aerosol seguía por un camino, una rama, una línea, una vida
Otro mundo fue eso: la invención de una forma de seguir.




Jeringas de amor para Vero: con loquiyo, el turco, el brasilero, shaguer, lagrimita. dedicado a el 14-22

Fue un rato de ponernos a pintar sobre la pared que allí estaba todo el tiempo, frente al lugar de reunión, de cachuña y de todo lo que se pudiera hacer para evitar el frío del alopidol.
Fue un relato de lo que pasaba en cada uno buscando el significado de la víbora, la espada, la lágrima y las jeringas.
Todo entre los tiempos oníricos de un domingo drogado y encerrado en su siesta, pero conectado con la sangre de vivir para amar que unió imagen y palabra dándole tan solo ganas.
Compartir una pared con un mural es como habitar todos en un mismo sueño; se trata de encontrar objetos para ponerlos a convivir y a la vez que estos conviven con nosotros, cada uno ese día sacaba los dibujos de la cabeza como pasando más que recuerdos desde el sueño a la vigilia.





domingo, 2 de septiembre de 2007

otras cosas en la calle

La intervención urbana da para mucho y nos permite una experimentación inacabable en cuanto al formato del soporte, la calidad, los materiales pictóricos, pero sobre todo hay un espacio mucho más amplio que la recubre y da para más, y es la acción de intervenir.
La confrontación con el espectador desde que se origina la obra es algo así como la obra siendo pintada en el museo.
Con una auto libertad limitada que nos da la clandestinidad en algunos casos(en el museo el límite es más ajustado y espeso).
sin embargo hay legitimación en otras intervenciones y a veces mucha, hay veces en que parece que se necesita la intervención urbana, la gente pide un mural, creo que se da más en los barrios, este es el caso de las pinturas en muros que hice con Pablo, o los murales del cumpleaños de Pocho en el barrio Ludueña.
También sentimos mucho apoyo de la gente en las pintadas para el centro de ex-combatientes, o con el mural del anfiteatro.
Con los graffitis a veces es como que hay que estar más concentrado en que no venga la policía que en la imagen. Pero aún así en todas las intervenciones urbanas creo que encontré gente que hizo saber su apoyo, que está gustosa de tener algo que lo intervenga y que lo saque del transito aturdido por la rutina de la ciudad.
Toda acción en sí es una producción simbólica que exige ser percibida y para que esto suceda necesita producir este choque que interviene sobre el tiempo común de nuestra vida cotidiana.
El graffiti requiere de mucho dominio del aerosol, yo creo que con Fede lo que tomamos del graffiti fue más esa acción clandestinia, ese estar buscando lindas paredes que no se deben pintar, pero la imagen esta muy lejana por desgracia, solo fueron dibujos que se taparon, y no se leyeron como una imagen con buenas intenciones sino como un ataque o un destrozo.
De todas maneras parece lindo confrontarse, es tratar de hacer que nos preguntemos sobre como queremos que sean las paredes de la ciudad, y evidentemente, se quiere lo liso y frío del cemento de los edificios, ahorrar en lo posible con las imágenes, evitarlas, desarmarlas, evitar los pelos y la desprolijidad.
Victima de estos requisitos y de otros están también en extinción las casas antiguas, esta es la idea de Dante Taparelli con los telones para el encuentro metropolitano de tango.
Pero cabe preguntarnos si los trabajadores de la construcción de principios de siglo alguna vez llegaron a vivir en estos edificio tan adornados que hoy tratamos de conservar.








¿Valdría la pena hacer hoy estos edificios?
¿es justificable que el empleado de las empresas constructoras arriesguen su vida a veces por menos de 40 pesos al día de pura explotación?
De todas formas hoy parece irreversible la explotación por la gran demanda, de trabajo y de edificios.
Lo mejor sería un proyecto en que los empleados ocupen las casas antiguas a la venta y demoren la explotación de manera simultanea que se evita la demolición; y de esta manera se dan el derecho de vivir en una casa copada, en el edificio que un sujeto equivalente a él en las anteriores generaciones construyó;
y para concluir uniendo todo de alguna manera: llenar de graffitis todas paredes de esas casas.

sábado, 1 de septiembre de 2007

Contaminación política

Estos trabajos tienen que ver con mucho. La operatividad es dejar que en la imaginación intervenga lo que sea, principalmente manchas u otras construcciones simbólicas.
Sobre cada imagen se puede seguir progresando, haciendo más cosas, clasificando más o desordenando para luego ordenar. Solo que a veces da para dejarlo como está, y conformarnos con seguir elaborando la imagen o las ideas en la cabeza, o en otra obra.
Así una obra (o una persona) es muchas otras.

Pero bueno, también está una parte en nuestra mano decidir a quién queremos dejar entrar en nuestra cabeza, quién queremos ser.
Tenemos la fuerza para pelear con todo, para dejar de usar la máscara que protege nuestra mística estructura.





al final podría haber seguido cambiando pero por ahora quedó así:





miércoles, 29 de agosto de 2007

murales combatientes

Me interesa sobre todo la forma de realización:

- en algunos casos al límite entre los tiempos y los apurones de la clandestinidad de los grafittis;

- con algunas recurrencias del muralismo de los años 20, como que el hecho de estar pintando ya dice que queremos decir algo;

- pero sobre todo con la estructura de conversación en ellos, un solo participar como amigos en crear un diálogo más que un mural, en pasar un momento como tomando mates o vino, donde se trata de sacar lo más profundo nuestro mientras pensamos a esa liberación como algo que queda expandiéndose y sigue conversando.

Con los combatientes



Fue un mural muy espontáneo y muy linda experiencia creo que para todos.
Existe constantemente la posibilidad de encontrarnos con cualquiera,
No tiene nada que ver con el artista que con la pintura se comunica solo con el bastidor
Al salir a pintar en la calle o al acercarnos para hablar con cualquiera, sin otro interés más que el de hablar, es un hecho donde se traman relaciones mucho más complejas y más intimas (y más liberadas de estereotipos de relaciones, como por ejemplo, las que tenemos en los comercios o en el trabajo o en instituciones educativas).
Creo que lo importante es que la conversación como vínculo se hace más rica cuando no se pretende otra cosa más que hablar.
En el caso de hacer un mural en grupo es ir hablando sobre lo que se está tratando de decir o lo que se está diciendo y quiere decir; lo mismo pasa cuando se hace cualquier obra de manera grupal, siempre se piensa que alguien la va a ver,
En la calle es distinto ya que en el momento en que se conversa sobre que se dice ya hay público para halagarlo, interpretarlo y, como nos paso ese día de confrontarlo; ya que no teníamos permiso, pero había dos credenciales que legitimizaban las acciones de ese día. la más importante y que les permite hacer casi todo, cuando quedan en la calle: ser un ex-combatiente; la otra fue decir que lo que hacíamos era arte.
El mural de todas formas duró solo poco más de una semana.




Con el mono

Hay algo que tiene un mural que no tienen otras clases de intervenciones urbanas y es que si bien hay que estar dispuestos a aceptar que intervengan sobre él, un mural bien logrado, que tenga todo que tiene que tener, no necesita de nada más, no vale escribir nada arriba, ni va a taparlo nadie.

Al mono lo conocí cuando intervino en los huecos que quedaban entre las figuras de un grafitti que habíamos hecho con Fede.

Es como que los que pintan en las calles se conocen porque comparten soportes de una o de otra forma.
Mejor que compartir soportes es tambien compartir la pintura. Como en el cumpleaños de Pocho, donde el mono organizó una gran pintada. Se pintaron todos muros de una manzana que daban a la plaza.
la acción duró dos días y había materiales y pinturas para el que quería participar.












Murales para el centro de ex-combatientes


Luego con el mono, Ñuka y Mariano pintamos unos murales para el centro de ex-combatientes por cumplirse 25 años de la guerra de Malvinas.













En conclusión no se por qué puse éstas experiencias juntas. Tiene que ver con cómo guardamos o ordenamos las cosas en nuestra memoria. Tiene que ver que con el mono y con Ñuka pinté tanto sobre Pocho como sobre las Malvinas, y que con los ex-combatientes al estar hablando y pintando sobre su experiencia en la guerra y en la vida se nos aparecieron unos chicos que también querían pintar y quisieron poner a Pocho Lepratti
O en realidad será que ambos hechos fueron injustos y que aún se reclama justicia y que conversar sobre algo sin tener otro interés es reflexionar y la pintura en tanto la utilicemos sin la búsqueda de la venta o la fama, es algo que sirve para liberarnos de estereotipos que no nos permiten conversar de manera reflexiva, y que en tanto se trata de una herramienta comunicacional que muchos no dominan de manera óptima, es decir que no es un lenguaje muy utilizado, tanto porque no todos accedemos a los materiales como porque no hay un medio que nos presente a la plástica como un requisito para estar en él)la acción estética resulta un lugar donde experimentar. Y en toda experimentación salen nuestras ideas con las fuerza de "lo nuevo", lo recién nacido.
Indagan con más punta, y así nuestro pensamiento se torna reflexivo,

¿Será que ambas experiencias apelan a la memoria?
¿O será que la conversación mientras se hace un mural es como la conversación que se da en una pared entre los que intervienen la ciudad con grafittis o plantillas o lo que sea, solo que con diferencia de tiempo, es como decir algo y luego de un rato vamos a tener una respuesta, como mandarnos mensajes por mail o cartas con alguien que no conocemos?

En el caso de los murales en grupo parece que la reflexión se gesta tanto por exponerse a nuestro compañero de grupo, al ver su exposición y de ella nutrirse, pero al mismo tiempo también porque se piensa como una obra que va a ser percibida por otros sujetos, pero también porque ésta percepción va a darse en el momento en que estamos haciendo el mural y vamos a tener una devolución, ya sea en el modo de la tímida y difícil pregunta: _ ¿qué quieren decir con ésta imagen?